lunes, 10 de noviembre de 2008

Un cordero de mi Estilo


Los dias en lo de Pablo pasaron rápido, como las buenas cosas. Visitamos la Lobería, lo vimos en acción a Pablo actuando en la Legislatura de Viedma y nos encargamos de recorrer buena parte de las dos ciudades que si no fuera por el río que las divide serían una. Nos despedimos, como de los buenos amigos, con abrazo y promesa de volvernos a encontrar.

En San Antonio Oeste, nos levantó un camionero. Raúl, correntino, alegre y muy charlatán. Nos dejó en Sierra Grande y a los 10 minutos nos volvió a levantar porque el encargado se había quedado en Comodoro y “no lo iba a controlar”.

Nos dejo en la entrada de Puerto Madryn, con la promesa de que si nos veía de nuevo, nos llevaba seguro. No habíamos apoyado las mochilas en el suelo, que ya Tato y Ana, una pareja oriunda del lugar, él jubilado (seguramente hace poco) y ella trabajadora de un banco, se ofrecieron a entrarnos a Madryn, recorrimos la ciudad con guías de lujo, explicándonos que ya Madryn “no era lo de antes” y nos dejaron en el camping.

Al otro día de estar acampados, por la noche, en la parrilla de enfrente, conocimos a Pablo y Romi, dos hermanos de La Plata. El, hacia dos años que trabajaba en Comodoro y ella había ido a visitar a su hermano que hacia mucho no veía y se habían escapado unos días a la Mar del Plata de la Patagonía. El resto de los días los pasamos con ellos recorriendo la península de Valdez. Visitando Loberías y acantilados y tomando mucho mate. Por supuesto que se ofrecieron a llevarnos hasta Comodoro y nosotros por supuesto aceptamos. Como pudimos metimos todo nuestro equipaje en el Corsa y partimos a Comodoro. En la terminal nos despedimos de los chicos con la promesa de volvernos a ver.

Algo me llamó la atención de estos tres encuentros, si bien gente de distinto sector social y educación, y hasta de edades bien distintas, en las charlas que surgieron y sin nosotros proponer el tema, se habló prácticamente de lo mismo, “el mundo anda mal”, “el hombre está mal”, Que pobreza, que violencia, que hambre, que contaminación, etc, etc etc… Obviamente que cada uno práctico respuestas y soluciones al mundo de hoy, algunas conservadoras, otras desde la “reacción” (de la impotencia, quiero creer) y otras mas progres, por decirlo de alguna manera. Yo ya casi me abstengo de creer en tener las cosas de este mundo demasiado claras como para solucionarlas o tener una respuesta a este embrollo que es el mundo moderno, por lo pronto intento seguir adelante con el viaje de la mejor manera posible, he intento no perder el asombro que me genera encontrarme personajes en todo el camino y escuchar que piensan como si viviera dentro de una película, solo espero que tenga un final feliz, ja!.

Otra cosa me llamó la atención desde que entre en la Patagonia, todo el mundo nombra a “Los Petroleros”, tribu patagónica con nombre de novela de ciencia ficción barata. Al parecer, la costa de todo esta región y mas que nada el sur vive del petróleo, de ahí tanta gente trabajando en esta actividad, el imaginario colectivo los tiene como hombres que ganan mucho dinero, en su mayoría separados (¿será porque trabajan muchos días seguidos?) y gastan su dinero en el juego y las mujeres, yo conocí apenas a algunos, entre ellos Pablo de Comodoro que para nada daba con el perfil. Pero bueno el imaginario colectivo es atractivo para la inspiración de alguna novela, ja!

Pasamos la noche en un hotel de Río Gallegos, del año treinta que me hizo acordar a mi abuela, y al otro día nos fuimos con Silvina, la chica que nos había contratado y Pachi el chofer de la estancia, llegamos casi al mediodía.

Por la tarde, ya nos estábamos probando el uniforme, bombachas de campo y remera de “al fin y al cabo” nombre de la confitería donde trabajaremos y viviremos los dos solos.

A la noche me designaron una pieza en el Taca, antigua construcción de madera de dos pisos. En mi pieza duermen, Norberto, chaqueño, cocinero de la Gamela, hospedaje de la tribu de los petroleros y Walter, entrerriano, chofer de una camioneta además de ser una especie de “che, pibe”. Al lado, de mi pieza duerme, Don Pérez, cazador de zorro colorado que todos los días se levanta a las 6 de la mañana y sale con su caballo en busca de alguna pieza y en el piso de arriba duermen los peones de campo que se levanta a las 7 de la mañana con alguna cumbia al taco para empezar el día, y salen a arriar con sus cuatriciclos algunas de las 13.000 ovejas que posee la estancia.

A Ceci, le toco dormir en una pieza de la hostería, con Lina, chaqueña, cocinera y hermana de Norberto y con Norma, boliviana, encargada de la lavandería.

Completan esta familia, además de los varios dueños y herederos de la Estancia Monte Dinero, Silvina y Maru, oriundas de mis pagos, que son las encargadas, administradoras, a veces cocineras, a veces psicologas y hasta a veces mamás de muchos de este lugar que se nos empieza a dar a conocer en estas latitudes. Todo parece un reallity show de una estancia, con amores, odios, personajes e historias, que se nos van dando a conocer a medida que nos internamos en este mundo que no parece estar tan mal en esta parte del sur.

4 comentarios:

  1. Que bueno compartir sus andanzas. Vemos la pelicula y los esperamos para entrar en ella cuando pasen por La Rioja. Carlos y Claudia

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  2. pipex, sOY ABE, QUE ALEGRIA SABER DE VOS, ahora, en ves de libro imaginario, se trasformo en un viaje!!!! el otro dia estuve con tu hermano y me conto, buena suerte.
    buen viaje.
    y buena vida
    por siempre
    abeja

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  3. Pipo y Ceci..
    Habiamos escrito algo re lindo pero se borro sin querer..(ja), pero en esencia les mandamos un beso y un abrazo enorme a los dos...
    y fuerza!!!todavia les queda mucho por recorrer.
    Ojalá nos encontremos cuando podamos arrancar nosotros.. aunque aun falta un tiempo.

    Saludos desde buenos aires..

    Gringo Y Agus

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  4. Pipo y ceci..
    Por tercera vez consecutiva se nos ha borrado lo que habiamos escrito.. jeje
    En esencia la idea era mandarles un saludo y contarles que venimos siguiendo la historia que pipo viene contando..
    Realmente increibles las fotos, los paisajes y las anecdotas.. la gente parece muy cálida alla.

    Fuerza chicos.. aun les queda mucho camino por recorrer..llevense de cada lugar por el que transiten un recuerdo para poder revivirlo el dia que vuelvan..
    Acá los estaremos esperando, si es que no nos cruzamos antes en algun camino.

    Desde aca muchos besos y un abrazo enorme para los dos...

    Gringo y Agus

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