jueves, 17 de septiembre de 2009

Por el Ecuador, el trópico, el sol...


Vilcabamba merecería un capítulo a parte en este diario, pero no lo escribi en su momento asi que quedará para otro. Vilcabamba fue un lugar donde sentiamos que nos podriamos quedar a vivir por mucho tiempo y no solo un mes. No nos sentiamos "de paso" o "de viaje", si "la migra dejará parchar" (traduccion: exponer nuestras artesanias en la plaza sin que la policia de migraciones te deporte), seguramente nos hubiesemos quedado. Encima cuando estabamos a unos dias de irnos llegaron a la pieza de al lado, Tom y Ceci, dos chicos de caballito que venian bajando de Venezuela, con los que enseguida conectamos.
Nos levantavamos temprano a la mañana, tomabamos el desayuno y aparecia Tom al rato y luego Ceci, todos dormidos, se ponian a desayunar con nosotros, y luego seguiamos con el taller, charlas y mate y a matarnos de la risa, y de repente mirabamos el reloj y eran las 6 de la tarde y el dia habia pasado y ni siquiera nos habiamos dado cuenta, no nos habiamos movido de nuestro Balcon-Living-Comedor-Taller y luego a cocinar, (creo que engordamos todos unos kilos los 10 dias que estuvimos juntos) y despues a la noche, pintaba el jodete, juego de cartas, y ahi ya nos dolia la panza de reirnos con lo colgado que era Tom. Los dias pasaban y pasaban. Conociamos a todos los vecinos, y surgían los chusmerios, Tom y Ceci tenian siempre la data de alguna novedad de último momento. Cada tanto organizabamos una comida, como la ñoqueada que hizo Dani, un chileno amigo, una noche, o ibamos a comer a lo de Joshep y Anne, pareja de californianos, musicos, muy amistosos.
Pasamos casi un mes en Vilcabamba, y fue realmente hermoso, dejamos amigos y una parte de nosotros ahí. Nos fuimos a los dias que se fueron Tom y Ceci, casi sin querer irnos. Habiamos pensado pasar por Saraburo en busca de un taita que nos diera medicina pero por problemas económicos preferimos seguir de largo. Pasamos 2 días por Cuenca, una ciudad bella, con mucha arquitectura colonial realmente interesante, y seguimos camino a Montañitas, un pueblo sobre el mar.

Y llegamos a la antitesis de Vilcabamba. Montañitas es una locura, pero aprendi a quererlo.
Es un pueblo que tiene 10 cuadras de largo por 5 de ancho. "Es Babilonia y Babel" como diria mi amigo Quiquo, español que hacia billeteras. "Es una fiesta de disfraces" como diria Ceci. Y sí, te podes encontrar de todo, habia unos punks, unos cuantos rastas, mucho hippie, artesanos, gringos buscando alcohol y drogas, gringas "comprando" surfistas negros locales, es una locura... toddos en plena joda...
Alquilamos una piecita, por 15 dias con balcon al mar y nos pusimos a trabajar. En estos meses, la costa del ecuador, salvo el norte, se mantiene todo el tiempo con garua y un cielo gris continuo, asi que jamas vimos el sol, y la húmeda fue nuestra eterna compañera brotando por los pisos de la pieza.
A la mañana saliamos temprano para la principal, a tirar el parche, y a partir de ahi todo el dia en la calle tratando de vender algo. Asi fue como fuimos conociendo gente, amigos, etc... nos reencontramos con Fede y Vicky, a Quiquo ya lo nombre, Matias y Leti, pareja de rastas de Bs As, El Duende y Stephe, colombiano y portuguesa personajes, German, malabarista y artesano de Miramar, Camila, chilena-uruguaya, viajando con su hija Ayelen de 3 años, etc etc.... Conocimos todo tipo de viajeros.
Montañitas es contraste. A las 6:30 de la tarde llegan cantidad de golondrinas a dormir sobre los cables de la luz, mientras tanto abajo empieza a sonar la musica de los bares a todo volumen, uno sé para en el medio de la calle y en un oido le suena Marley y en el otro Arjona a todo volumen.
A la mañana, nos levantavamos con la voz de un parlante que está ubicado en la igleisa (hay otro en la entrada del pueblo), que le anuncia a los pobladores diferentes asuntos, como donde retirar el medidor de luz, o cuando se reunen los vendedores ambulantes o si alguien vio algo sospechoso ayer porque habian robado un televisor... una locura (mi corto hecho realidad jajaja!!!).
Tiene una cuadra donde hay un puestito al lado de otro de bebidas, donde por 2 dolares te tomas lo que queres, al final de la calle que da al mar, se encuentran la mayor cantidad de borrachos... asi es montañitas es dificil describirlo, si salis de las 5 cuadras principales es un paisaje como del conurbano bonaerense, un barrio de la mantanza o san martin sin mar, una locura...
Un sábado ya tarde, despues de tomar muchos Pedritos (Licor de coco) con Quiquo, German, y Matias, ya muy mareado y vendiendo a pleno, me crucé con Victor, un niño de 10 años, al que le compré una poesia que habia hecho él con ayuda de Ursula, una chica que tiraba el Tarot, por medio dolar:
A veces sueño que vuelo
que abro las alas y me escapo
de la gente que quiere
encerrarme
Quiero poder volar para
no gastar mas plata en pasaje
para tocar las ballenas desde arriba
para jugar en el aire
y dar giros, ángel y libre.

No se como terminé esa noche, seguramente que segui tomando un poco más, lo que recuerdo es que esa poesia me emocionó en esa locura de sábado por la noche que es Montañitas.
Nos fuimos a Quito, y caimos en la casa de Fer, un amigo de otros viajes, ahora estamos como en los libros de "Elige tu propia aventura". En Montañitas conocimos a Cameron, un gringo que tiene un barco, y en un par de dias sale para Panamá, y podriamos viajar con el gratis por el pacifico, o encarar para la selva en busca de Don agustin, un taita que da medicina, con el cual uno se interna en la selva una semana a preparar la ayaguasca. No se... si decides ir con el gringo pasa a la pagina... si decides ir a la selva pasa a la pagina... lo único que espero es que cuando de vuelta la página no diga FIN. Ja!