sábado, 18 de octubre de 2008

Por las Rutas Argentinas...


La última noche en Monte fuimos a un Observatorio que hacia días nos habían invitado, luego de caminar por calles oscuras llenas de arboles, llegamos a unos medanos y perdidos en la noche emprendimos la subida hacia donde creiamos que era el lugar. Nos recibio el Chana, un ferretero de Monte Hermoso aficionado a las estrellas, y cinco chicos de entre 8 y 15 años. Era viernes y la noche estaba estrellada. El lugar recien era una loza construida con algunas paredes pintadas, decoradas con posters del universo, el sistema solar y otras cosas más, el Chana les enseñaba a los chicos a pulir unos vidrios para que armaran su propio telescopío.
Con uno bastante grande que habia armado el Ferretero, nos dedicamos durante mas de una hora a mirar la Luna, Jupiter, las nubes de Magallanes y varias constelaciones.
Mientras volviamos a la casa de Mechi caminando por calles desoladas y comiendonos un rico chocolate, se nos presentaron dos sentimientos casi inmediatamente. Por un lado nos reiamos de hacernos tantos problemas en este mundo y apenas ser un pelo encarnado en este Universo.
Por otro lado, la pasión y el amor que le ponía el Chana y esos chicos a su hobby nos daba la impresión de que era por lo único que habia que hacerse problema... descubrir lo que nos hace senitr vivos.

Al día siguiente nos levantamos tempranisimo y partimos a Bahia Blanca. el día iba a ser larguisimo... Tomamos un tren que iba hasta Carmen de Patagones. Una maquina y dos vagones casi que volaban por el sur de la pcia de Bs As hacia la puerta de la Patagonía. En nuestro vagon apenas viajaban 5 personas . Mientras el tren cruzaba por campos de medanos verdes, por estaciones desoladas y por algun que otro paraje casi desértico, el polvo que entraba por las ventanas se empezaba a acumular en nuestros bolsos, ropas y por sobre todo en el pelo y en la boca.
En Carmen de patagones bajamos sacudiendonos y masticando tierra, mientras los pueblerinos conocedores del lugar y del Tren de Polvo nos miraban y se reian de nuestro aspecto.
Salimos de la estacion, para tomarnos un colectivo de linea que nos lleve a Viedma, estabamos esperando cuando aparecieron 5 personas con camperas que decian "Drogas ilegales". Policia. Se ve que alguién avisó que habian llegado dos mochileros. Mi conciencia estaba tranquilo porque no llevaba nada que me comprometiera, mas que una tuca que descarte en menos de diez segundos, mi corazon latia a diez mil porque la presion psicología que ejercieron en un primer momento era importante.
Nos llevaron a una esquina y empezo el desarme de los bolsos. Media por media, calzonicillo por calzoncillo, no dejaron absolutamente nada en mi mochila, todo desplegado por la vereda, cuando terminaron conmigo siguieron con Ceci. El tiempo pasaba e ibamos entrando en confianza con los policias. Uno conocía Merlo y habia ido a bailar al Monumental y al CCP, otro habia vivido en Haedo, etc... yo armaba mi mochila y Ceci desarmaba la suya, mostrandole todas las artesanías que teniamos, empezaron a preguntar por las piedras, por las pulseritas, "aca podes conseguir esta, está buenisima" o " y esta de donde la traes" nos decian. (Ver aparte dialogo Ceci con Policia). Ya estabamos como chanchos... Mientras yo charlaba con dos de la vida, de que haciamos y esas cosas, Ceci, dos hombres y una mujer policía chusmeaban como nenes las cajitas de piedritas y otras cosas y discutian el origen de cada una. Cuando termine de armar mi mochila, estaba agrandadisimo, lo miro a uno y le digo " me hiciste desarmar todo, por lo menos me tenes que llevar hasta el rio". Estallaron de la risa, "Rapido el de Bs As" dijo uno. Nos saludaron y cada uno se fue para su móvil y arrancaron. Ceci ordenaba su bolso. La camioneta de dos policias no arranco, bajaron el vidrio y dijeron "les falta mucho?" "no, por?" le dijimos. "Vamos que los llevo". City tour por Patagones en patrullero. Nos llevaron a la plaza, a la iglesia, nos contaron la historia de ahi, nos dejaron en el muelle para cruzar el rio, y nos desearon un buen viaje.

Cruzamos a Viedma en barco, segurisimos de que Pablo, (un flaco que nos podia alojar) que ni siquiera conociamos vivia en Viedma. Hablo por tel con Pablo me da unas indicaciones y empezamos a buscar la casa por Viedma, despues de un rato de buscar ya cansados y casi de mal humor lo llamo de nuevo y me dice "pero de que lado estas?" "de Viedma", "pero yo vivo en Patagones" ...otra vez a cruzar el barquito con las enormes mochilas subiendolas al techo, tratando de no caernos al agua. Por suerte Pablo, actor y clown, aparte de ser una gran persona, nos recibio con unos mates y como si nos conociera de toda la vida. Era la primera vez que lo veiamos. NosNos dio una pieza para dormir y pasar la semana. Nos sentiamos como en casa... abierta. A la noche fuimos a una fiestita de una amiga pintora de él, tomamos unos tragos y bailamos un buen rato entre gente linda, habia sido un largooo día. Continuará...


viernes, 3 de octubre de 2008

Solo 12 segundos de oscuridad...

Las casi dos semanas que pasamos en Monte Hermoso, en la casa de Mechi, fueron como un largo Día para mi. Mientras Ceci se dedicaba a agrandar nuestro paño de artesanías, que esperamos nos de de comer en otros países, Mechi hacia otro tanto con su platería mientras le enseñaba a Yani los secretos de su arte. Yo me dedicaba a caminar por la playa, a dormir, a leer Voltaire y por casualidad, la 2º parte del Eternauta, o a mirar algo de futbol por la tv. Los días pasaban sin muchas diferencias.

Una caminata al centro en busca de información para ver como nos ibamos a viedma me detuvo en un kiosco en busca de un alfajor, sin querer queriendo vi la tapa negra de los diarios de ese día, parecía que se caía el mundo y yo acá en la playa "como si nada". De repente me cayó Buenos Aires encima, recordé a los amigos que tanto extrañaba y con los cuales seguramente habriamos disernido sobre el mundo actual, el sistema y todo eso, obviamente despues de hablar de fútbol. Mientras volvía aflígido o mas bien indignado con las noticias por ser tan "irreales", en mi cabeza sonaba un tema de las pelotas..."que se mueran con su información, basta saber donde estoy, basta saber lo que quiero".
En los días siguientes, me dedique a jugar al basquet con Ceci en un aro de una calle de arena, a jugar a la paleta en la playa o a tirarnos en tabla por los medanos, intente hablar de fútbol con ella pero deseche la idea inmediatamente, tampoco se dió lo de patear unos penales en la playa.
Definitivamente hay dias en que se extraña a los amigos.

Cuando Ceci se recuperó de unos dolores en la espalda, decidimos salir de la casa para hacer una excursión a Pehuen-Co, pueblo balneario a 25 km de Monte por playa de apenas 500 habitantes. Hicimos los bolsos, preparamos la vianda y al otro dia salimos caminando hacia Pehuen-Co con Felipe, India y la Perri, los tres perros con los que vivimos, decididos a pasar la noche en el lugar, como sea.

La caminata fue larga, mas de 4 horas por la playa, por momentos no sabia si estaba en la costa bonaerense o en algun lugar de Uruguay o Brasil. Llegamos rendidos, el pueblo era hermoso, calles de arena con grandes pinos y casas muy prolijas, con algunas rarezas como un Barco enorme lejos del mar hecho casa o una ferreteria con forma de plato volador llamada Ferretería "El Plato Volador". En el supuesto centro, dos almacenes abiertas y 4 o 5 personajes que no tenian cara de beneficencia, compramos algo para comer y decidimos buscar algun refugio para pasar la noche, de los 10 o 15 personas que vimos en todo el pueblo, nadie nos inspiro demasiada confianza como para pedir un techo.
Después de buscar encontramos un boliche abandonado sobre el mar que antes habia sido de la prefectura naval. Nos metimos por una ventana y nos acomodamos en la pista de baile, Ceci en una sabia decisión aconsejo dormir en la cocina, atrás de la barra, estuvimos de acuerdo y trasladamos todo ahí, pusimos unos cartones y a las 8 de la noche estabamos todos acostados en nuestras bolsas. Después de haber visto el mas bello atardecer desde que estoy cerca del mar. La primera que se durmió fue Ceci. Mechi, Yani y Yo en silencio, cada uno con su conciencia, se quedó dialogando con sus fantasmas, con "la vibra del lugar", con la "desprotección que sentía" o con el "Futuro de esa noche" respetivamente, mientras los perros ladraban inquietos y buscaban un sitio donde dormir. A eso de las 4 de la mañana, luego de la vuelta número 300 dentro de la bolsa de dormir, depués de retar, empujar, correr y blasfemar contra los perros, logré conciliar definitivamente el sueño. A las 8, me desperté y partimos para monte, la noche había pasado...


Caminamos una hora por la playa, un jeep con albañiles se apiado de nosotros y nos llevó de regreso a monte, los perros tuvieron que hacer 20 km a pata, el último Felipe llegó dos horas después. A la tarde nos encontramos los cuatro bailando, haciendo música y tomando fernet en el patio de la casa de Mechi, como si hubieramos traido los fantasmas del boliche en nuestra mochila. A las ocho estabamos tirados en la cama, fusilados, Ceci y Mechi se durmieron inmediatamente, yo me desvelé y me quedé mirando Estudiantes-Arsenal, hasta la 1 no me dormí, era jueves día que nos juntabamos con los chicos a filosofar sobre la vida.
Definitvamente hay días que se extraña a los amigos.